No hay nada
que me moleste más
pienso
que ese roce
que el golpeteo
constante
entre tus discursos
Quisiera que alguno gane
que cualquiera pierda
pero que la moneda
caiga
Sería el final
entiendo
para nosotros
Carver
No pasaba nada. Todo estaba pasando.
La vida era una piedra
que lentamente se iba gastando
y afilando.
Es como dice M. no puedo tomar una decisión así de un día para el otro. Con vos no fue ni de un mes para el otro y no creo que tenga que ver con la cantidad de tiempo. No te puedo dejar, y si no lo puedo hacer es porque no quiero. No puedo porque no quiero. Estaba esperando que las cosas se cayeran por su propio peso, pero aún estás agarrado de mí tan fuerte que no hay nada que esperar. Tiene que ser como dice todo el mundo, que hice mal en dejarte vivir conmigo tan rápido o tan inconcientemente, que estabas mal y que nada iba a cambiar. Pero quién no está mal, incluso yo lo estoy un poco ¡mirá que dejarte vivir conmigo tan rápido!
Todas estas charlas son patéticas. No hay nada que hablar. Hay que hacer. Vos te vas o yo me doy por vencida.
Esa mirada terrible, la del otro día, la que decía: quisiera estar en otro lado, con cualquier otra persona.